jueves, 6 de junio de 2013

ESTO NO ES UNA RESEÑA


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ESTO NO ES UNA PIPA de Francisco García Marquina

Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego- Gobierno de Cantabria 2012

El Desvelo Ediciones 2013, 59 páginas.

Esto no es una reseña, tampoco es una pipa, es el escudriñar de un desconocido lector ante un poeta que se esconde tras un hombre que escribe poesía. Francisco García Marquina nos sorprende una vez más con su último libro, que ha sido merecedor del Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego 2012 que convoca el Gobierno de Cantabria.

El título “Esto no es una pipa” se reconoce en un cuadro de Magritte donde el pintor cuestiona la relación entre la imagen y la realidad basada en la semejanza representativa, y sobre el que Michel Foucault aprovecha en un ensayo para reforzar su teoría sobre la débil ilusión que liga las palabras y las cosas (no se asusten, el desconocido lector no sabe mucho, casi nada, solamente escudriña en el inabarcable bosque de internet una pequeña verdad entre la hojarasca sin fin de la mentira).

El libro está estructurado en forma de diario aunque no lo sea. El autor se inventa bajo juramento este diario, un poema, una verdad, un yo que se confiesa a cuenta de otro (“el otro, el mismo” que nos dice Borges a quien imagino buen amigo de Paco) y que miente para intentar que exista aquello que no es.

El hombrequescribepoesías encuentra palabras sencillas, claras, rítmica y espontáneamente medidas, de andar en bata y por el reino más humilde de la felicidad que es la propia casa, pero de alta densidad, buscando estrenar la luz al ir, pausadamente, …escribiendo al día,/ olvidando el ayer/ y sin miedo al mañana.

El puro amor florece bajo el frío en muchas de las páginas de este diario tan bellamente construido , ese amor que es siempre el primero para el amante aunque haya dejado en múltiples ocasiones de ser el que antes era, un amor que también se inventa hasta que las palabras toman cuerpo y se hacen realidad en el confluir de abrazos y bocas.

Las pérdidas, esas ciertas despedidas donde brilla un puñal dormido entre nosotros, van jalonando día a día nuestro curriculum de flores breves y pétalos caídos, rutina de sombras de la que no se libra tampoco, mal que se invente, el autor, que no tiene palabras para una despedida,/ porque usar un adiós puede tomarse en serio,/ puede, al pie de la letra, cumplirse en contra nuestra.

A este lector desconocido le gusta y no le gusta llegar al final de los libros, le gusta porque en casi todos ellos se vuelve a ese paraíso reinventado de la infancia: “De mi infancia guardaba/ el ruido de tranvías amarillos, un apreciable olor/ de chocolate clandestino/ y una copa encarnada que llenaba la tarde de suspiros.” lee con nostálgica complicidad, y no le gusta porque, también al final, acaban desvelándonos la única verdad: “Lo que guarda el diario son sucesos perdidos/ certificados leves de alguna defunción/ palabras que dan fe de lo que ya no existe:/ crepúsculos, deseos, estelas y cenizas.

Este lector desconocido sabe que una primera lectura es siempre una lectura apresurada y aconseja volver, y aquí se puede y debe, sobre lo andado; releer, volver a amar con la esperanza de llegar a un mejor y más profundo conocimiento de los hombres y de las cosas. Por hoy, y 6 de Junio, hay que terminar. Y esto, que no es una reseña, se termina con un poema del libro de Marquina:



Tengo el hueco de ti tan bien grabado

que han prendido en mi espera dos certezas:

la de que existes como yo imagino

y la de que jamás voy a encontrarte.





JESÚS APARICIO GONZÁLEZ