martes, 17 de noviembre de 2009

CALYGRAFÍAS de Francisco Caro

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Francisco Caro (1947) es un poeta “tardío”, tardío por la publicación de sus libros nada más, pues el verdadero poeta lo es desde que nace independientemente de su ejercicio y práctica (opinión que se me discutirá y que acarrearía ríos de tinta). Su primer libro “Salvo de ti” ve la luz en el 2006 a sus 59 años, gracias al premio de la Asociación de Escritores de “Castilla-La Mancha” e inmediatamente, como en cascada, saldrían “Mientras la luz” (2007), “Las sílabas de noche”(2008), “Lecciones de cosas” (2008), este “Calygrafias” (2009), y a punto de llegar “Desnudo de pronombre”, todos ellos reconocidos con distintos premios. Y esto no sería posible sin haber sido desde siempre poeta, que a su momento y sólo en su momento (todos tenemos uno) da sus frutos.

Su poesía es esencial, de gran economía de lenguaje, acariciadora del silencio, sugerente, concisa, de firme y personal construcción en cada uno de sus poemas. Su oficio se ha formado y pulido a través de años de intensas y meditadas lecturas. Así este libro es presidido por dos citas, una de Alfonso Costafreda, la otra de Rubén Darío, donde encuentra el autor vida en la palabra y las palabras de una vida, así descubrimos a lo largo de su lectura nuevas voces, nuevas referencias y una acertada intertextualidad como en las tres “Lecturas de Agosto” de la parte central del libro que son las de Alejandra Pizarnik, Oliverio Girondo y Paul Celan.

“Calygrafias” ( el propio título es un acierto a la hora de sugerir, decir, más con menos) consta de tres partes tras un encuentro: la primera Incitación que lo es a la belleza, “Como rosa que crece/ solo para mis ojos..” al deseo, “Sabes cuánto/ erosionan tus pechos,/ mujer caudal/ tan pájaros, tan míos,..” al amor, “…quiero luz de algodones,/luz a chorros,/ luz liberta,/ tú luz quiero a la luz… ; la segunda, la que aporta el título, “Cal y grafías” es la más extensa, densa, sorprendente, con poemas tan memorables, intensos y hermosos como “Playas” que no puedo dejar de copiar aquí

No era fácil
entender cómo orillas
tan blandas, tan de espuma,
pudieran domeñar, tener sujeta
tanta furia de mar,
tanta

hasta que supe,
cárdenas pulpas,
lo que hacían tus labios
con mi muerte.


Además otros muchos poemas podemos destacar, sin demérito del conjunto, Infinitivos, Supe, Forma, Fugit?, Ceniza, Si escribo…..

Entre el deseo y la muerte, eros y tanatos, los grandes temas de la poesía universal y eterna, aparecen en esta obra, y el paso del tiempo que culmina en la tercera parte, con la Aceptación de la vejez y sus miserias “… terrible y cierto/ puerto terrible”.

“Nada más hay” y no es poco, buena poesía que ha de leerse agotando los silencios, para dar con la nueva palabra, releyéndola en la nueva sed, pues en cada relectura recreamos un mundo.

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jueves, 5 de noviembre de 2009

REUNIÓN de José Mateos

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Abrimos este cuaderno de lecturas reseñando una amplia antología de la obra poética publicada hasta la fecha por José Mateos (1963), uno de los mejores poetas de su generación. La claridad y sencillez en poesía no están reñidas con la emoción, la belleza y la profundidad, cualidades éstas de las que ha de presumir todo buen poema, poemas de los que este libro anda sobrado. Comienza José avisándonos de la incapacidad de la propia palabra para dar respuesta a los grandes enigmas de la vida

¿Acaso no comprendes que el silencio es más claro
y que con la palabra das distancia y concluyes
lo que siempre es comienzo, y umbral, y estar en vilo?


versos con los que nos presenta escéptico, resignado al fracaso, su libro inicial Una extraña ciudad (1989). Los temas de siempre, universales y eternos, tratados, vividos, con magistral oficio siguen en poemas como El tiempo, Mar, Sobre la Epístola Moral, Días de oro, Los paisajes lejanos,… “Todo lo vuelven humo las llamas de este instante”

Días en claro
(1995) es su segundo libro. Nos reitera la inutilidad de la palabra, su vanidad, su impotencia

Sigues igual. No cambias. Una vez más, delante
de esta noche que ahora cae limpiando tus ojos,
mientes y te dispones a expresar con palabras
lo que no encuentra forma y escapa al pensamiento…


Destacar aquí los poemas: En una tarde gris, Pronto caerá la noche, Fotografía de 1983, Meditación en Atlanterra, A Guillermo con unas violetas…

Con Canciones (2000) hace recuerdo y homenaje a Antonio Machado, su maestro.

Aquí, frente al mar, lo dice
el sol del anochecer:
Morir
es empezar a volver


El extenso poema-libro La niebla y Haikus y otras pinceladas ambos del 2003, junto con 4 poemas inéditos completan esta Reunión de auténtica poesía, que nos enseña a escuchar para entender, sin alcanzar, pues no se puede, a desvelarnos del todo los más profundos misterios “…yo también, aun de día/ llevo dentro la noche”.
Precisa y serena, su palabra nos envuelve con su don cuasi-divino

Exacto y leve
como tela de araña.
Sólo un relámpago.

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