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Acaba de aparecer la revista de artes y letras LUCES Y SOMBRAS, en su número 27, que edita la Fundación María del Villar de Navarra. En la misma he tenido el honor de colaborar con la selección de 10 buenos poetas españoles actuales. Además otras secciones son coordinadas por Adriana Serlik, José A. Pascual Lobo y Carlos Codes.
Os dejo ahora con mi introducción a los poetas seleccionados.
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DIEZ ABEJAS NAVEGANDO
“Rien ne ressemble à una âme conme une abeille,
elle va de fleur en fleur conme une âme d’étoile en étoile
et elle rapporte le miel comme l’âme rapporte la lumière”
(Victor Hugo, Quatre-Vingt-Treiza)
Grande y hermoso es el simbolismo de las abejas, encarnan el principio vital, materializan el alma, son las animadoras del universo entre el cielo y la tierra. Como imagen del alma, la abeja desempeña un papel iniciático. Símbolo de resurrección, la encontramos representada en las tumbas de varias culturas como señal de supervivencia después de la muerte, y es que la estación del año en la que desaparece de nuestro cercano paisaje, los tres meses de invierno, se compara a los tres días durante los cuales Cristo permanece oculto entre las sombras del averno antes de resucitar. También para los celtas, que bebían el hidromiel (por otra parte único alimento del dios Odin) la abeja evoca las nociones de sabiduría e inmortalidad del alma. Este himenóptero simboliza a su vez la elocuencia, la palabra y la inteligencia. En hebreo el nombre de la abeja dbure viene de la raíz dbr, palabra, y tal como escribe Plinio se posan sobre la boca de Platón, niño, “anunciando la dulzura de su elocuencia encantadora”, como más adelante lo harán sobre los labios de San Ambrosio, patrón de los apicultores. Para Virgilio, poseen una parte de la inteligencia divina y la célebre Pitia de Apolo era llamada “la abeja de Delfos”. Sin olvidar que en algunos textos de la India, la abeja representa el espíritu embriagador del polen del conocimiento.
No sé si tan elevada misión y exigente destino son asumidos por los poetas hoy, pero sí que desde el enjambre de nuestra poesía más reciente vuelan, y navegan en su espacio poético y virtual, muchas de esas abejas queriendo pensar con el sentimiento y sentir con el pensamiento (como nos advirtiera Unamuno). Conocimiento y emoción que son las claves, esa pulsión y necesidad al fin, del deseo de comunicación con el otro (aun siendo uno mismo) que persigue todo poeta. Y hay infinidad de abejas, todas únicas y distintas, libando de flores diferentes en nuestro ecosistema poético y regalándonos mieles diversas. A sus panales me he acercado para ofreceros la muestra de diez poetas muy distintos, tanto por su edad, género y origen, como también por su credo estético y filosofía vital.
El primero de ellos, José Garés Crespo, nos ofrece una poesía intensa, humanista, recreándose en el versículo deslumbrante en imágenes, y que aunando tradición y modernidad nos da testimonio de una vida de compromiso y lucha política, en favor de los más pobres y siempre a la luz de un amor sin fronteras; poesía que, superando lo perdido y sus crisis, nos deja un destello de esperanza…
Julie Sopetrán es una de las voces literarias más valiosas de la Alcarria y emplea con igual maestría el verso clásico: sonetos, romances, décimas, ovillejos, la silva, el verso blanco…., las formas orientales del haiku y el tanka, como el verso libre. Su poesía va directa al corazón y a la mente del lector, con un sentido reflexivo de la existencia y gusta de decir mucho con los menos elementos posibles, en un esencialismo preciso, sin derroche recrea mariposas y son palabras….
La poesía de Francisco Caro que surge en plena madurez humana y literaria del autor, últimos caminos, luz de hueso, acostumbra a ser esencial, de gran economía de lenguaje, despojada de todo artificio retórico, acariciadora del silencio, sobria, sugerente, concisa, alimentada de una intuición capaz de rastrear en lo profundo del alma humana, y con una arquitectura de firme y personal construcción en cada uno de sus poemas. En la selección de sus textos que presentamos podemos asistir a una breve y sugerente iniciación a la historia de la poesía en el siglo XX…
Silencio y recogimiento definen el espacio que busca José Manuel Suárez para desarrollar una obra poética de gran tensión espiritual y mística. Amor, dolor, celebración, naturaleza, se ven reflejados en sus versos libres tan sensitivos y musicales. Su saber estar en el mundo, humilde y sencillo, ahonda en la palabra que trasciende e ilumina, y donde las horas respiradas no ven su fin, su destino es durar, seguir viniendo…
José María Herranz Contreras, un ser de oro y barro, se desenvuelve con soltura entre lo secreto y misterioso de la existencia. Metafísica, mística, heterodoxa y dionisíaca califican su poética, y ésta manifiesta lo sagrado y órfico de la palabra, en un sincretismo espiritual de original factura, también encontramos en el contenido de sus versos la denuncia social y el gusto por el surrealismo y la contracultura…
Para la toledana Beatriz Villacañas su mayor verdad está en sus sueños, unos sueños de poesía y Dios, mamados y vividos con intensidad desde su primera infancia. Expresión trabajada con esmero y oficio en todas sus formas y hondura espiritual y serena filosofía en sus contenidos, hacen de la suya una poesía que otea siempre la dimensión oculta de lo eterno…
Lola Torres Bañuls anida en la palabra breve, concisa, sin vanos adornos, única y necesaria; poesía depurada hasta el extremo, temerosa a veces, por no encontrar la palabra miedo para nombrar la sombra, por ello se recrea en el silencio y busca dar vida al vacío con una siembra intangible y secreta. En escucha permanente de la filosofía y estética oriental nos regala las perlas de sus haikus….
Porque metódico otea y ata: un verso arriesgado e intenso, aunque la luz se llene de desorden, de vanguardia, al que no le asusta lo hermético y experimental, es la marca poética de Fernando Soriano Bensusan que con imágenes sorprendentes, rotundas y luminosas, nos habla de las sustancias dormidas del amor y del arcoíris exacto de la poesía, mientras el horizonte metódico otea y ata. .. .
Como un bosque encendido es la poesía de Ana Garrido Padilla, llena de imágenes sugerentes, precisas, engarzadas entre sí con un ritmo trabajado con esmero, que indaga en su ser en un acto de conocimiento y reconstrucción de sus raíces. Poesía que busca el origen y esa canción primera aún por hacer, que sólo se adivina en el corazón de un niño, y crece con la palabra que desvela la exactitud del fuego….
Y para terminar nos encontramos con el verbo joven y espiritual de Antonio Praena Segura, dominico que trabaja por mantener viva esa luz que siempre ha sido la relación cristianismo, poesía y cultura. Poesía que es reflexión de una realidad cotidiana trascendida. Sin el exceso de luz que enceguece su verso nos abre un camino para empezar a crear todo de nuevo.
Y hasta aquí mi presentación -con la que no quiero alargarme ni cansar- de estas abejas-poeta. Os dejo con su mieles, que estoy seguro sabréis degustar como merecen, al ser releídos sus versos, lentamente paladeados, en soledad y silencio.
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martes, 3 de enero de 2012
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Jesús, felicidades por la coordinación de esta sección de la revista y la acertada selección de los poetas. Felicidades amigo!
ResponderEliminarGracias Javier.
ResponderEliminarNos vemos pronto.